Más información sobre las características botánicas de la khella

Conocida por su nombre científico «Ammi visnaga», la khella es una planta anual de la familia de las Apiáceas. Es una planta resistente que mide de media entre 20 y 80 cm de altura, pero a veces puede alcanzar 1 m de altura. Se reconoce por su tallo vigoroso, glabro y delgado, con hojas en dientes de sierra. La Khella florece en verano, concretamente entre julio y septiembre, y produce pequeñas flores blancas en forma de umbela. Las flores desprenden un fuerte aroma que atrae a un gran número de insectos beneficiosos y polinizadores. Tienen tallos rígidos que a veces se utilizaban como palillos, de ahí el apodo de la planta. Tras la floración, la khella produce unos frutos aquenios llamados mericarpos, que son diminutos y muy amargos.

La Khella prospera en suelos arenosos y bien drenados. Crece espontáneamente en terrenos baldíos, pastos y cultivos arcillosos. Suele encontrarse en el norte de África, Norteamérica, Australia, Oriente Próximo y la cuenca mediterránea. En Francia, la khella crece principalmente en el sur, Drôme, Languedoc-Roussillon y el oeste, sobre todo en Charente-Maritime, Gironda y Landas.

Los numerosos beneficios de la khella para el cuerpo humano

Distinguida por sus pequeñas flores blancas en racimos, la khella es una planta ornamental de primer orden. Es especialmente popular para realzar jardines inspirados en la naturaleza y lo salvaje. Pero esta planta también desempeña un papel importante en fitoterapia y aromaterapia. En forma de tisana o aceite esencial, la khella tiene una serie de efectos beneficiosos para el organismo. En fitoterapia, se utiliza sobre todo el fruto de la khella. La composición química del fruto hace que tenga muchos beneficios. Entre otras cosas, contienen esteroles, flavonoides y furanochromonas, sobre todo khellin y visnadin. Todos estos principios activos les confieren propiedades antiespasmódicas, espasmolíticas y vasodilatadoras coronarias. En forma de aceite esencial, la khella tiene fama de ser un potente agente antiasmático y antibacteriano. El aceite esencial de khella también es eficaz para calmar los espasmos. Rico en ésteres, tiene una acción relajante e impide la liberación de mediadores excitatorios. De este modo, favorece la relajación de los músculos lisos del cuerpo, ayudando a prevenir y combatir los espasmos. También puede tener un efecto relajante. El aceite esencial de khella también contiene cumarinas, que inhiben la actividad de ciertos factores de coagulación de la sangre. También puede actuar como tónico circulatorio.

¿Cómo utilizo khella para el cuidado diario?

Hoy en día, puedes encontrar infusiones y aceite esencial de khella en tus tiendas habituales. Pero para estar seguro del origen de tus productos, cómpralos en tiendas especializadas, como herbolarios. Para preparar té de khella, basta con añadir 0,5 g de fruta de khella a una taza de agua hirviendo. Déjala en infusión de 10 a 15 minutos y cuélala antes de beberla. Esta tisana no es muy eficaz en caso de ataque de asma, pero puede ser de gran ayuda para el tratamiento a largo plazo.

Si prefieres aceite esencial, mezcla 1 ó 2 gotas de aceite esencial con 9 gotas de aceite vegetal. Masajea el preparado oleoso en el pecho y el plexo solar en caso de ataque de asma, tos o bronquitis. Ten cuidado al utilizar el aceite esencial de khella y nunca lo ingieras, pues es muy tóxico. Tampoco debe inhalarse durante un ataque de asma. También hay que tener cuidado al utilizarlo sobre la piel, pues se sabe que es fotosensibilizante. En todos los casos, está contraindicado para las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, así como para los niños pequeños. Como contiene ciertos componentes alergénicos, el aceite esencial de khella debe probarse antes de usarlo. Para ello, coloca 2 gotas en el pliegue del codo durante al menos 24 horas para asegurarte de que no se produce ninguna reacción. Acude siempre a un profesional antes de utilizarlo.